Iniciamos la caminata desde Abiada, donde a esas horas de la mañana estaba el camino muy, muy helado.
A los 15 minutos de subida empezó a ser necesario el uso de las raquetas. Nos encontramos con un manto de nieve dura, que permitía caminar sin dificultad.
Siguiendo el camino y llegando a un refugio de ganado se puede tirar hacia delante (que es lo que nosotros hicimos) o hacia la izqda., por un caminillo que atraviesa un puente de piedra (por aquí hicimos el regreso).
Al rato nos encontramos con esta valla, lo que nos indica que estamos en la ruta adecuada. En algunos momentos, y debido a la cantidad de nieve nos costo encontrar la pista, pero no es complicado reconducirse.
A medida que nos acercábamos a la zona mas boscosa pudimos apreciar el tamaño de alguno de las acebos, que estaban por cierto llenos de frutos.
Un precioso rincón en el camino es justo la zona en la que encontramos un pequeño puente que permite cruzar el río
Las entradas al bosque también son preciosas sobre todo con la cantidad de nieve que adornaba los arboles y muy recomendable disfrutar en silencio del sonido de la nieve cayendo de las ramas. Puede servir de referencia para no perderse en esta parte del camino, seguir los postes eléctricos.
Una señal nos indica que estamos ya muy cerca del Prao de la Nestosa desde donde se pueden ver los tubos de la antigua estación de esquí.
Nosotros decidimos dar la vuelta en esta zona, pero se puede continuar hasta la estación siguiendo también la referencia de los postes.
Pudimos disfrutar de una jornada de sol espectacular que culminamos acercándonos de bajada al Castillo de Argueso, imponente construcción del S.XIV, que se erige en el pueblo de Argueso y que permite su visita (2e) por el interior.
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